Las mejores frases | A tres metros sobre el cielo (Tre metri sopra il cielo), de Federico Moccia


  • «Cathia tiene el mejor culo de Europa.»
  • El sol está saliendo y es una bonita mañana. Ella se dirige a clase; él aún no se ha acostado.
  • Un beso dulce que interrumpe sus palabras.
  • Cuanto más sólidas asientes las bases, más podrás construir encima.
  • Permanece inmóvil así, tendido, con la frente alta hacia el cielo, como una estatua contra la oscuridad de la noche, con la belleza de las estrellas.
  • Babi abre los ojos ante la cálida caricia de un nuevo día.
  • Un yogur desnatado, sin azúcar… terrible.
  • —De todos modos, es verdad: estudiar engorda.
  • Algunas locuras solo son divertidas a cierta edad.
  • Con aspecto de aburrida suficiencia, mira por la ventana esperando respuestas que no llegan.
  • Se despiden así, tras haber hablado durante cinco minutos y no haberse dicho nada.
  • Recuerdos, emociones, momentos preciosos y dulces frases susurradas empiezan a girar en un torbellino de ilusión.
  • Parece inmóvil, sujetada por un hilo transparente en la oscuridad de la noche. Vuela así, pegado a las estrellas.
  • —Hay momentos en los que hay que estar quieta y otros en los que hay que saber moverse.
  • —No es solo suerte, es sobre todo valentía, coraje.
  • —Ay, Babi, Babi. Esto no funciona así. Soy un cerdo, un animal, una bestia, un tipo violento… Hablas y hablas y, al final, mira… hasta te dejarías besar por mí.
  • Sus miradas se cruzan y mil palabras vuelan silenciosas entre los pupitres.
  • —Hola, mamá. —Se inclina hacia adelante para besarla. Un bofetón la golpea en plena cara—. ¡Ay!
  • Su corazón debe de llevar zapatos, como mínimo, dos tallas más pequeñas.
  • ¿Son las cosas las que acaban por parecerse a sus dueños, o al revés?
  • En el atardecer pintado en los cristales de su ventana, ve el recorrido de esa historia.
  • Ella, simple abono de esa planta que a menudo crece encima de la tumba de un amor marchito. Esa rara planta cuyo nombre es felicidad.
  • Con él puede entrar en todas partes. Es su pasaporte. Su pase para la felicidad.
  • Y acelerando deja atrás recuerdos lejanos. Ciento treinta, ciento cuarenta…, cada vez más de prisa.
  • No se sabe cómo es, pero delante de los padres ciertos teléfonos no funcionan nunca.
  • No es bello lo que es bello, sino que es bello lo que nos gusta, su proverbio preferido.
  • Tiene la belleza de una playa abandonada, con un mar salvaje que ribetea los límites lejanos.
  • —¿Yo? —Step la abraza con fuerza—. Estoy de maravilla.
    —¿Como si pudieras tocar el cielo con un dedo?
    —No, así no.
    —¿Ah, no?
    —Mucho más. Al menos, a tres metros sobre el cielo.
  • Está allí, en lo alto, inalcanzable. Allí donde solo los enamorados llegan: «Tú y yo… A tres metros sobre el cielo.»
  • Después lo abraza buscando en él lo que ya no puede encontrar en ningún sitio.
  • Nadie puede amar como amamos nosotros, nadie sufre como sufrimos nosotros.
  • Sus suspiros besados por la luna.
  • «¿Volveré a estar alguna vez allí arriba, en ese lugar tan difícil de alcanzar? ¿Allí, donde todo parece más hermoso?» Y en ese mismo instante, desgraciadamente, ya conoce la respuesta.
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