- Nieva sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota la ciudad.
- Solo los relojes siguen haciendo batir el corazón de la ciudad como si nada ocurriera.
- —¡Este reloj te ayudará a tener un buen corazón!
- «Tic-tac», hace el reloj. «Bo-bum», responde el corazón.
- Me gusta el modo que tenemos de no hablarnos.
- La luz de la luna envuelve las calles del corazón de la ciudad con una aureola azucarada que sueño con mordisquear.
- Es ella quien, con la ayuda de una pequeña llave, me da cuerda todas las mañanas.
- —Te pasas el tiempo curando a la gente, pero ahogas tus heridas en el alcohol de tus propias lágrimas.
- Sus ojos son inmensos; uno puede perderse mientras escruta su interior.
- Algún día, es posible que tengas que pagar un precio muy alto por todo el placer y la alegría que el amor provoca.
- Primero, no toques las agujas de tu corazón. Segundo, domina tu cólera. Tercero y más importante, no te enamores jamás de los jamases.
- Si no cumples estas normas, la gran aguja del reloj de tu corazón traspasará tu piel, tus huesos se fracturarán y la mecánica del corazón se estropeará de nuevo.
- Hasta para soñar tendrás que esperar al recreo.
- —¡Cuidado, si nos abrazamos demasiado fuerte, te harás daño en el reloj!
- Viajo sobre los raíles de mi propio miedo. ¿De qué tengo miedo? De ti, en fin, de mí sin ti.
- Si te pasas la vida procurando no romperte nada, te aburrirás terriblemente…
- Un viaje a la luna, aunque sea en un cohete de cartón, todavía podría gustarle, ¿no?
- —¿Podríamos volver a vernos, con o sin gafas?
- Si ella ve tu verdadero corazón, tu reloj no la va a asustar, ¡créeme!
- Intento soldar el sueño a la realidad, pero trabajo sin máscara.
- La mecánica del corazón no puede funcionar sin emociones.
- Aún no he descubierto qué engranaje tiene roto.
- Me acuerdo del ruido que hacía tu corazón cuando hablabas de ella.
- Te oí cantar, luego te vi. Mis agujas apuntaron hacia ti, como atraídas por un campo magnético. Mi cuclillo se puso a sonar.
- ¿No tendrías un reloj de recambio?
- Oh, ¿tienes un regalo para mí? ¿Qué hay en esta caja?
—Un corazón en mil pedazos. El mío…
- Esta vez no volveré a verla jamás.
- Nos había prometido hacerse a la idea de que tal vez tú también llegarías a sufrir por amor, pues la vida está hecha así. Pero no lo consiguió.