Título: Saga
Autores: Brian K. Vaughan (Escritor) y Fiona Staples (Ilustradora)
Editorial: Kamite
Sinopsis
La exsoldado Alana ha sobrevivido a asesinos letales, ejércitos violentos y monstruos alienígenas, pero ahora enfrentará su peor reto: a sus suegros.
Las aventuras de Marko, Alana y Hazel continúan en Saga, Capítulo 8, la serie de comics escrita por el galardonado Brian K. Vaughan (Y: The LastMan, Paper Girls) e ilustrada por la aclamada Fiona Staples (Archie, Jim Henson’s Labyrinth).
En este número, tenemos por primera vez una escena retrospectiva en donde descubrimos cómo se conocen Alana y Marko, mientras él permanece encerrado en una celda de máxima seguridad bajo custodia de Alana y el cabo McHenry.
Enseguida, viajamos de regreso a la casa cohete, en donde una somnolienta Alana despierta de un largo sueño, luego de ser sedada por Barr, el padre de Marko. Desconfiada, pide ayuda a la casa cohete mientras vuelve a caer rendida por el cansancio. Al parecer Barr está tramando algo.
Cerca de ahí, en algún planeta contiguo, Marko y Klara, su madre, usan un encantamiento para atajar al gigante que estaba detrás de ellos al final del capítulo anterior. Marko decide utilizar su anillo para hacerle hablar y preguntarle por el paradero de Izabel.
Aprovechando el momento y sin Alana cerca, la madre de Marko le recuerda que dicho anillo pertenece a Gwendolyn, la exprometida de Marko, a quien al parecer ni la misma Klara aguantaba, pero al menos, son de la misma especie.
A algunas familias las persigue el fantasma de su pasado, pero a la mía no.
De regreso con Alana, nuevamente despierta en su cama, solo que ahora tiene en su regazo a Hazel, quien duerme tranquilamente. A su lado tiene un bulto envuelto. Dentro tiene nuevas prendas.
Barr quien está cerca, le confiesa que fue él quien le hizo el obsequio y lo mejor de todo es que no son ropas normales, son trajes con encantamientos a prueba de rayos y pólvora. Barr le menciona que está confeccionando prendas para toda la familia, pues es lo único que puede hacer para protegerlos, considerando el poco tiempo de vida que le queda.
Cuando un dolor le comprime el pecho, Alana se acerca para ayudarlo, pidiéndole que se tome un descanso. Barr le dice que no tiene mucho tiempo y debe cumplir con su deber para su familia. Un momento emotivo entre ellos parece estar surgiendo y Alana decide por fin confiar en él.
La siguiente escena nos regresa con Marko y Klara, quien luego de hacer hablar al gigante, este les revela que el planeta donde están de pie en realidad no es un planeta: es un huevo. Y el huevo está casi listo para abrir.
Nuevas amenazas en el horizonte
Finalmente, para cerrar con una nota alta este capítulo, nos reencontramos con Erving, quien parece estar a cargo de los cazarrecompensas detrás de Alana y Marko. En una llamada, mientras The March se queja por los malos pagos en sus servicios, recibe una inesperada llamada en la otra línea que cambiará el juego pues, la persona que está detrás de él exigiendo una explicación por parte del Alto Comando de Wreath sobre el destino de la familia fugitiva no es otra más que Gwendolyn. Un giro inesperado, ¿cierto?
Saga nos regresa a la acción y un toque de suspenso, con la tensión aumentando con cada giro. La relación entre Alana y Marko se profundiza un poco más con los flashbacks al pasado, mientras luchan cada uno por su lado por proteger a su hija.
Las ilustraciones de Staples son impresionantes, con una gran atención al detalle, lo que complementa perfectamente la narrativa. Los colores y la composición de las páginas agregan una dimensión adicional a la historia.
Saga, Capítulo 8 es emocionante y bien construido, mantienendo la calidad y la originalidad de la serie.