Las mejores frases | Rebelión en la granja (Animal Farm), de George Orwell


  • Lo siniestro de la censura literaria en Inglaterra es que en su mayor parte es voluntaria.
  • El señor Jones, de la Granja Solariega, había echado llave a los gallineros antes de irse a dormir, pero estaba tan borracho que se había olvidado de cerrar las trampillas.
  • Sin embargo, ambos estaban asustados por la rebelión de la Granja Animal, y muy interesados en impedir que sus propios animales se enteraran de los detalles.
  • «¡Cuatro patas, sí; dos patas, no!»
  • Al pie de la pared trasera del establo grande, donde estaban escritos los siete mandamientos, había una escalera partida en dos.
  • Allá arriba, detrás de esa nube oscura, está el Monte Caramelo, el país feliz en el que, pobres animales, descansaremos para siempre de nuestros esfuerzos.
  • Napoleón siempre tiene razón.
  • Casi resultaba increíble —dijo Chillón— que algún animal pudiera ser tan estúpido.
  • La verdadera felicidad, decía, radica en trabajar duro y vivir frugalmente.
  • Ese trabajo era de una naturaleza que los demás animales, con su ignorancia, no podían entender.
  • Un cerdo caminando sobre las patas traseras.
  • TODOS LOS ANIMALES SON IGUALES, PERO ALGUNOS ANIMALES SON MÁS IGUALES QUE OTROS.
  • ¿Acaso el problema laboral no es el mismo en todas partes?
  • Los animales que estaban fuera miraban a un cerdo y después a un hombre, a un hombre y después a un cerdo y de nuevo a un cerdo y después a un hombre, y ya no podían saber cuál era cuál.
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