Las mejores frases | Las olas (The Waves), de Virginia Woolf


  • Aún no había salido el sol. El mar no se distinguía del cielo, salvo por unos ligeros pliegues, como un paño arrugado.
  • Ella me ha encontrado. Siento el golpe en la nuca. Me ha besado. Todo se ha hecho añicos.
  • Ahora envolveré mi angustia en el pañuelo que siempre llevo en el bolsillo. Y la angustia quedará firmemente apretada en una pelota.
  • Las olas nos cubren, las hojas de las hayas se reúnen por encima de nuestras cabezas.
  • Si, en mi novela, describo el sol en el alféizar, buscaré en la eme y encontraré polvo de mariposas.
  • El árbol «da sombra a la ventana con dedos verdes».
  • «El lago de mi mente, libre de remos, se balancea plácidamente y no tarda en sumirse en una oleosa somnolencia.»
  • He de mover los pies con gran cautela, para no rebasar los límites del mundo y caer en la nada. He de golpear con la mano una dura puerta, para llamarme a mí misma y volver a entrar en el cuerpo.
  • Lo citaré, bajo un reloj, junto a una cruz; allí lo esperaré, y no vendrá. Por eso lo amo. Con olvido, casi ignorándolo por entero, se alejará de mi vida.
  • Una noche vi una estrella corriendo entre las nubes, y le dije: «Destrúyeme».
  • Percibí ese dolor y lo he invitado a cenar con mucho entusiasmo.
  • El sol calienta. Veo el río. Veo árboles manchados y quemados a la luz del otoño. Las barcas pasan flotando, a través del rojo, a través del verde. A lo lejos dobla una campana, pero no dobla por un muerto. Hay campanas que tocan por la vida. Cae una hoja, y cae de alegría. Amo la vida, estoy enamorado de la vida.
  • Qué función tan útil realizan los amigos cuando nos recuerdan.
  • Utilizamos a los amigos para medir nuestra estatura.
  • ¿Dónde está la fisura a través de la cual vislumbramos el desastre?
  • Reuniendo las palabras, una frase cruza el vacío espacio que media entre nosotros, igual que un pájaro que aletea. Se posa en sus labios.
  • En esta calle lateral hay una muchacha de pie, esperando; ¿a quién? Una historia romántica.
  • Y he oído, en mi instante de apaciguamiento, en mi instante de destructora satisfacción, el suspiro del flujo y reflujo de la marea más allá de este círculo de luz brillante, de este batir con insensata furia. He tenido un instante de inmensa paz. Quizá sea esto la felicidad.
  • Las palabras son como globos que navegan sobre las copas de los árboles.
  • Soy como la espuma que se desliza sobre la playa, o como los rayos de la luna que caen como flechas en una lata.
  • Mis hijos me harán seguir adelante; su dentición, su llanto, su ir a la escuela y regresar, serán como las olas del mar sobre el cual flotaré.
  • Amo con tal ferocidad que me siento morir cuando el objeto de mi amor revela con una frase que puede escapárseme. Se escapa, y yo me quedo tratando de aferrarme a un hilo que aparece y desaparece entre las hojas de las copas de los árboles. No comprendo las frases.
  • Ahora puedo mirar fijamente la caída del agua que hace espuma y que mueve el molino, ahí, abajo. ¿Qué nombre le daremos?
  • Estoy medio enamorado de la máquina de escribir y del teléfono.
  • La belleza ha de romperse todos los días, a fin de que siga siendo bella.
  • Sí, el tiempo pasa. Envejecemos. Pero todo se reduce a estar contigo, solo contigo, aquí, en Londres, en esta habitación iluminada por la lumbre, tú ahí y yo aquí.
  • “La vida se encuentra a mi alrededor, como el vidrio alrededor del junco aprisionado”.
  • Yo elegí. Cogí la vida, no por el exterior, sino por la parte interna, por la fibra cruda, blanca y sin protección.
  • El amor forma nudos; el amor los deshace brutalmente. Yo he sido anudado; y he sido deshecho.
  • Con vosotros cruzaría los fuegos de la muerte. Pero soy más feliz en soledad.
  • Entonces me di cuenta por primera vez de la presencia de esos enemigos que cambian, pero que siempre están ahí, de las fuerzas contra las que luchamos. Dejarse llevar pasivamente es inimaginable.
  • La vida seguramente es un sueño.
  • La vida había sido imperfecta, una frase inacabada.
  • El cielo está oscuro como un barnizado hueso de ballena.
  • Sí, es la eterna renovación, el incesante levantarse y caer, caer y levantarse otra vez.
  • ¡Contra ti me lanzaré, inconquistable, invicto, oh Muerte!
  • Las olas rompían en la playa.
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