Ciudad de cristal
- Todo empezó por un número equivocado, el teléfono sonó tres veces en mitad de la noche y la voz al otro lado preguntó por alguien que no era él.
- El mundo del libro toma vida, bulle de posibilidades, de secretos y contradicciones.
- No solo era la letra «i», inicial de «investigador», era «I», con mayúscula, el diminuto capullo de vida enterrado en el cuerpo del yo que respira.
- Antes o después me quedaré sin palabras, ¿comprende? Todo el mundo tiene solamente cierto número de palabras dentro. Y, entonces, ¿dónde estaré?
- Su impulso fue arrancarle el libro de las manos y salir corriendo de la estación.
- Quinn anheló tener un cuerpo de ameba, deseó dividirse por la mitad y correr en dos direcciones a la vez.
- No puedes odiar algo tan violentamente a menos que una parte de ti lo ame también.
- ¿Qué mejor retrato de un escritor que mostrar a un hombre que ha quedado embrujado por los libros?
- La utilización más eficaz del tiempo sería dormir treinta segundos cada cinco o seis minutos. Eso reduciría casi a cero las probabilidades de perderse algo.
- Podría correr cien años y seguiría llegando justo cuando las puertas se cerraban.
- Se preguntaba qué aspecto tendría el mapa de todos los pasos que había dado en su vida y qué palabra se escribiría con ellos.
- Siempre estará conmigo. Y se encuentre donde se encuentre, le deseo suerte.
Fantasmas
- En primer lugar, está Azul. Más tarde viene Blanco, y luego Negro, y antes del principio está Castaño.
- Así es el mundo: un paso después de otro, una palabra y luego la siguiente.
- Las oportunidades perdidas forman parte de la vida igual que las oportunidades aprovechadas, y una historia no puede detenerse en lo que podría haber sido.
- Es bastante extraño, estar vivo solo a medias en el mejor de los casos, ver el mundo solo a través de las palabras, vivir solo a través de las vidas de otros.
- Escribir es una actividad solitaria. Se apodera de tu vida. En cierto sentido, un escritor no tiene vida propia.
- Necesita mis ojos mirándole. Me necesita para demostrar que está vivo.
- Piensa en lo extraño que es que todo tenga su propio color. Todo lo que vemos, todo lo que tocamos, todo en el mundo tiene su propio color.
- Desear decir no es ya haber dicho sí.
- Porque ahora es el momento en que Azul se levanta de su silla, se pone el sombrero y sale por la puerta. Y a partir de ese momento no sabemos nada.
La habitación cerrada
- Ahora me parece que Fanshawe siempre estuvo allí.
- La vida nos arrastra de muchas maneras que no podemos controlar y casi nada permanece con nosotros.
- Una vida no es más que la suma de hechos contingentes, una crónica de intersecciones casuales, de azares, de sucesos fortuitos que no revelan nada más que su propia falta de propósito.
- Las historias solo suceden a quienes son capaces de contarlas.
- Nadie quiere ser parte de una ficción, y menos aún si esa ficción es real.
- Mi verdadero lugar en el mundo estaba más allá de mí mismo, y si estaba dentro de mí, también era ilocalizable.
- Toda vida es inexplicable, me repetía. Por muchos hechos que se cuenten, por muchos datos que se muestren, lo esencial se resiste a ser contado.
- Cada vida es irreductible a nada que no sea ella misma. Lo cual equivale a decir: Las vidas no tienen sentido.
- Un día entré en casa y la encontré llorando sobre la cama; supe entonces que estaba a punto de destrozar mi vida.
- Esa habitación, lo descubrí entonces, estaba situada dentro de mi cráneo.
- Él desapareció… y yo desaparecí con él.
- Llevo mucho tiempo luchando por decirle adiós a algo, y esta lucha es lo único que de veras importa.
- Una por una, arranqué las páginas del cuaderno, las arrugué con la mano y las tiré en una papelera del andén. Llegué a la última página justo cuando el tren salía.