Después de una temporada llena de sorpresas, La casa del dragón estrenó su esperado final de temporada.
Para el gozo de los fans, el final de temporada es solo el principio de una batalla que promete ser épica, sangrienta y mortífera para los integrantes de la Casa Targaryen.
El final ha acomodado las piezas del juego para la segunda temporada y hay unas pistas sobre lo que va a suceder ahora con los personajes más importantes que lograron sobrevivir.
Después de que Rhaenys Targaryen (Eve Best) decidió no matar a todos en Pozo Dragón, ella y su dragón Meleys volaron directamente a Rocadragón, donde le cuentan a Rhaenyra (Emma D'Arcy) todo lo que había estado sucediendo, incluyendo los planes de Otto Hightower (Rhys Ifans) y los Verdes para quitarla del camino y coronar a Aegon II como rey de los Siete Reinos.
El capítulo comienza de manera calmada y silenciosa, sin embargo, la tragedia está por llegar.
El capítulo comienza de manera calmada y silenciosa, sin embargo, la tragedia está por llegar.
En la primera escena vemos a Lucerys Targaryen, quien no quiere ser el Señor de las Mareas y Lord de Marcaderiva; mientras Rhaenyra intenta convencerlo de que era su destino, Rhaenys llega a Rocadragón y le cuenta que el Viserys murió, y hay alguien sentado en su trono, ya que Aegon fue coronado como su sucesor inmediatamente.
Rhaenys le cuenta a Rhaenyra y a Daemon (Matt Smith) que Alicent la encerró para intentar que le jurara lealtad a Aegon y solo logró escapar gracias a Meleys, y les confiesa que la única razón por la que no mató a todos los traidores es porque esta es una guerra que no le corresponde iniciar a ella.
A consecuencia de las noticias, el parto de Rhaenyra se adelanta, sin embargo, el nacimiento se complica y termina perdiendo a su hija. Por otro lado, Daemon se prepara para defender Rocadragón de cualquier ataque de los Verdes: planea la guerra y busca aliados para luchar por ellos.
Daemon le dice a los guardias del rey que juren su lealtad a Rhaenyra o que, si no lo hacen, “sepan que morirán gritando”, que es una referencia a la serie original cuando Daenerys Targaryen le dice a sus enemigos que les espera el mismo destino.
Mientras Rhaenyra se encuentra en el funeral de su hijo, Ser Erryk llega con la corona de Viserys I, y ahí mismo le jura lealtad y la reconoce como la reina, a quien coronan ahí mismo, sabiendo que su hermano se encuentra del otro lado del conflicto, demostrando que el reino entero está dividido y va más allá de los lazos familiares.
Tras la coronación de Rhaenyra el reino tiene dos reyes Targaryen y cada uno tiene aliados poderosos que van a luchar hasta la muerte por el Trono de Hierro y el control de Poniente.
De su lado, Rhaenyra tiene dragones, la flota de los Velaryon, los Peldaños de piedra (con lo que tiene el control de todo el comercio), y aliados con mucha experiencia en batalla, pero los Verdes tienen a los Lannister asegurados y a Vhagar, el dragón más poderoso del reino. Tristemente, ambos bandos han olvidado las palabras del rey: cuando los dragones pelean, la muerte llega en grandes números.
Daemon parece tener algo de la locura familiar que caracteriza a los Targaryen, esto luego de que Rhaenyra descubre que Viserys nunca le contó a él de la profecía, una señal de la poca confianza que tenía en él. Daemon está dispuesto a matar a cualquier cantidad de personas con tal de obtener el poder.
Como parte de la estrategia de guerra, o para evitarla, Rhaenyra decide enviar a sus hijos, Lucerys y Jacaerys, a hablar con los aliados que le habían jurado lealtad, pero les hace jurar que no van a ser parte de ninguna pelea. Dicha decisión se convierte en un desastre cuando Luke vuela las Tierras de la Tormenta para recordarle a la Casa Baratheon de su juramento hacia Rhaenyra como legítima heredera. Ahí se topa con Aemond y su dragón Vhagar.
Después de que Lord Borros Baratheon cuestiona a Luke sobre Rhaenyra, Aemond desafía a Luke, pero él es escoltado de vuelta a su dragón, Mientras intenta regresar a casa, Arrax parece desobedecer a su jinete y ataca Vhagar, quien también hace lo mismo y en cuestión de segundo devora al segundo hijo de Rhaenyra, dando con esto, inicio a la Danza de los Dragones, la guerra civil que casi extingue a la Casa Targaryen y puso fin al reinado de los dragones.